Signos tempranos que nos permiten identificar el TAS infantil (trastorno de ansiedad por separación)
La escuela es uno de los ejes centrales de la vida de los niños, sobre todo en los primeros años. En estas instituciones, lo chicos no solo recibirán aprendizaje formal de contenidos académicos, sino que además, ensayaran sus primeros intentos de socialización exogámicos. Estos niños deben aprender a respetar reglas que no siempre son iguales que las de sus casas, conocer nuevas figuras de autoridad, y más importante aún, se ven rodeado de un grupo de pares sin relaciones de parentesco con los que deberán aprender a relacionarse practicando habilidades de socialización, comportamientos de pertenencia, etc.
Siendo un elemento tan importante en la vida de los niños, es común que las diferentes dificultades que puedan atravesar se vean reflejadas en algún aspecto del desarrollo académico. Esto no quiere decir que todas las dificultades que puedan presentarse en este ámbito estén relacionadas estrictamente con el espectro de la ansiedad, existen muchos otros diagnósticos que hacen “ruido” en las escuelas (trastornos por déficit de atención, trastorno oposicionista desafiante, trastornos específicos del aprendizaje, etc).
No obstante, el TAS suele ser mal interpretado como un simple berrinche, tiende a complicar la integración de los niños al colegio, y puede presentarse como la base para futuros trastornos de ansiedad, por lo que su diagnóstico debe ser temprano para evitar que sus efectos logren extenderse.
En este punto vale la pena aclarar, ¿Qué es el TAS?
El trastorno de ansiedad por separación es uno de los trastornos de ansiedad de aparición más temprana, aunque puede estar presente incluso en los adultos. Se presenta como un monto elevado de ansiedad que aparece cuando el niño debe separarse de sus padres o cuidadores, especialmente cuando debe permanecer en una institución separado de ellos. Suele estar acompañado por miedo a que les pase algo a sus padres, o lo que le podría pasarle a él mismo si los perdiese. Sin embargo, muchas veces los niños no son capaces de verbalizar a sus cuidadores estos temores, por lo que su negativa a asistir al colegio es interpretada como un berrinche y hasta son castigados.
¿Cuales son entonces las señales a las que debe prestar atención un adulto para sospechar de la posible existencia de un TAS?
• El niño hace berrinches de gran magnitud a la hora de despedirse en la puerta del colegio, aunque en la casa no suele ser oposicionista.
• Presenta malestares físicos (dolores de panza, cabeza, cansancio extremo, vómitos) de forma repetida antes de la hora de asistir al colegio, al salir, o incluso se recibe llamados desde el colegio informando que el niño debe ser retirado por estos motivos.
• Las maestras refieren que el niño no habla en clases.
• Llantos reiterados durante el horario escolar.
• Aparecen pesadillas repetidas o insomnio.
• El niño se muestra especialmente ansioso los días domingos anticipando el regreso a clases.
• Dificultades para quedarse a dormir en casa de familiares cercanos o amigos.
Es importante destacar que un monto moderado de ansiedad por separarse de los progenitores es normal y evolutivo en la infancia y desaparece de forma progresiva con la adaptación del chico y el desarrollo de su independencia. Solo hablamos de TAS cuando el contenido de las preocupaciones es elevado, hay una sobrestimación de la posibilidad de que le suceda algo malo a sus padres si no se está con ellos, y la ansiedad presenta valores elevados que impiden el correcto desarrollo de las actividades escolares. Es importante en estos casos actuar a tiempo, ya que el TAS puede desarrollarse al punto de causar abandono escolar.
Gonzalo Romero
Lic. Psicología
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