¿Y HOY DÓNDE DUERMO? Dos corrientes diferentes sobre la construcción de hábitos de sueño en los niños

08/07/2016

¿Y HOY DÓNDE DUERMO? Dos corrientes diferentes sobre la construcción de hábitos de sueño en los niños

08/07/2016

El terreno de los hábitos e higiene de sueño en niños ha sido por años un ámbito plagado de teorías y consejos que muchas veces se contradicen entre sí. A grandes rasgos puede decirse que son dos las posturas confrontadas que han ido adquiriendo fuerza a medida que avanzan los estudios científicos respecto al tema. Ambas teorías ponen su foco de análisis en aspectos diferentes, tratando de buscar las ventajas para cada uno de sus métodos. Veamos entonces cuáles son estos constructos.

Las teorías a favor del colecho

Estas líneas teóricas suelen sustentar sus argumentos principalmente en las teorías de crianza con apego seguro. Sostienen que el contacto del niño con sus padres (y principalmente con la madre) es de fundamental importancia durante los primeros años de vida, por lo que recomiendan que los niños duerman con sus padres al menos hasta los 5 años. Especialistas como Margot Sunderland sostienen que la separación de los padres antes de esta etapa puede aumenta el flujo de hormonas del estrés, principalmente cortisol. Sostienen además que estos hábitos ayudan a prevenir la ansiedad por separación en los niños, proporcionando un lugar seguro junto a sus padres. Afirman que este tipo de crianza ayuda, además, a disminuir los riesgos de muerte súbita.

Las teorías a favor de la construcción de autonomía

Estas líneas sostienen que mantener la práctica de dormir con los padres interfiere en la construcción de la autonomía infantil y de este modo favorece la aparición de trastornos emocionales. Además, un sueño adecuado en cantidad y calidad es fundamental para el cerebro del niño que está aún en desarrollo en esta etapa. Factores ambientales como ronquidos, movimientos en la cama y relojes despertadores pueden alterar este proceso. Dentro de esta teoría, los miedos evolutivos de los niños (oscuridad, monstruos, etc) no se enfrentan dejando que el niño duerma en la cama de sus padres, sino brindando el espacio para que los exprese y pueda enfrentarlos de forma adecuada con la ayuda del adulto.
Entonces, ¿cuál es la postura del centro IDEA al respecto?

Como institución, consideramos que la postura más acertada en cuanto a los métodos de crianza infantil son los relacionados con la teoría de la construcción de la autonomía. ¿Implica ello que negamos los aportes de la teoría del apego? Todo lo contrario. Consideramos que las principales críticas que recibe la crianza con autonomía están basadas en una lectura errónea de sus principios. A continuación se detallan algunos de estos aspectos:
• Criar con directrices de autonomía no significa dejar que el niño duerma solo en una habitación a la semana de su nacimiento. La construcción de la autonomía es un proceso y no un hito con fecha exacta. Hasta los 5 meses se considera correcto que el niño pueda dormir dentro de la misma habitación que sus padres, pero en su propio espacio (cuna). Esto ayuda a verificar sus necesidades con mayor facilidad.
• No es un constructo inflexible. Se pueden plantear excepciones, como situaciones en donde el niño está enfermo y para facilitar su cuidado es preferible que duerma con uno de sus padres. Lo importante es no convertirlo en un hábito.
• Dejar al niño en la cuna no implica mayores riesgos para él. De hecho, muchos estudios indican que el verdadero peligro puede estar en dormir con sus padres, ya que por las dimensiones de la cama, almohadas, movimientos de sus padres, etc, se incrementa el riesgo de accidentes.
• No significa dejarlo llorar sin preocuparnos por su angustia. Significa escucharlo, entender sus miedos, ayudarlo a enfrentarlos y de este modo validar su experiencia de superación. Aprendizaje que se traslada a situaciones futuras. Dejar que el niño duerma con sus padres sólo para calmar su miedo funciona como un factor de mantenimiento. El niño aprende a escapar de aquello que lo asusta y externaliza los recursos en lugar de encontrar los propios.
En este sentido, las teorizaciones de esta corriente no van en contra de la teoría del apego, sino que reconocen que la construcción de un apego seguro depende de otros factores fundamentales, y que es importante no menoscabar los recursos que el propio niño puede desarrollar para enfrentar las adversidades.
Por último, nos parece importante mencionar otro aspecto de importancia fundamental en esta temática y que implica una lectura más sistémica del fenómeno. Nos referimos a la construcción de espacios de intimidad parental. Con el niño en la cama durante un período de 5 años, la intimidad de la pareja difícilmente pueda encontrar un lugar de realización sin la interrupción de sus hijos. Las implicaciones de este tipo de situaciones pueden ser varias, pero hay algo que no debemos olvidar: el apego también implica aprendizaje de modelos. La visión no debe estar enfocada solo en el niño sino también en sus padres. Es importante recordar que una de las claves para criar niños felices es ser padres felices.

Lic. Gonzalo Romero
info@centroidea.com.ar

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