Ansiedad social un trastorno actual

13/06/2016

Ansiedad social un trastorno actual

13/06/2016

Analía espera su turno para ser atendida en el Centro Idea: centro de estudios del estrés y la ansiedad, para hacer una entrevista con una de las directoras que se especializa en ansiedad social.  Leyó un artículo sobre el tema publicado en una revista que le proporcionó una amiga y concluyó que lo que se describía allí era exactamente lo que le pasaba a ella.

Se sorprendió al leer las estadísticas y encontrar que aproximadamente  1 de cada 8 personas, es afectada por esta forma extrema de timidez. Se tranquilizó al saber que no era  la única que no se animaba a concurrir a reuniones sociales y a dar exámenes orales en la facultad.

El artículo decía que las personas que padecen el trastorno de ansiedad social sienten  un intenso temor a ser juzgados negativamente por los demás en situaciones sociales o  al enfrentar situaciones de evaluación y que temen ser humillados o avergonzados por los demás  si  se dan cuenta de los síntomas que aparecen cuando se encuentran en dichas ocasiones.

Analía se pone muy colorada cada vez que algún desconocido se le acerca para comenzar una conversación en una fiesta. Por mas esfuerzo que hace ahí esta la prueba de que algo anda mal en ella. Los demás podían juzgarla como insegura, infantil y quién sabe cuántos adjetivos descalificadores. También tenía otros síntomas como taquicardia y sensación de falta de aire, pero eso no la preocupaba tanto ya que podía disimularlos  mejor, pero el ponerse clorada la delataba de inmediato.

Le preocupa sentirse rechazada, pero también teme, en el caso de lograr entablar una conversación, comportarse torpemente o hacer algún papelón, por consiguiente no se atreve a hacer nada.La situación la angustia muchísimo ya que este temor le impide comenzar relaciones de pareja, de seducción o sexuales.

Ella cree que todos los ojos están sobre ella.

Analía siempre pensó que era tímida. De hecho estaba cansada de escuchar a su familia decir “ pobre chica, es tan tímida que se pone colorada por cualquier cosa.” Por esa razón durante mucho tiempo se  resignó pensando que al ser un rasgo de personalidad no podía hacer nada para remediarlo.

Esta limitación estaba interfiriendo en su funcionamiento cotidiano y reduciendo su calidad de vida.

Una de las soluciones que encontró fue tomar alcohol antes de ir a una fiesta o ir a un bar con amigas. El alcohol la hacía sentirse menos tensa, más desinhibida y mucho más alegre que de costumbre. Cuando lograba ese estado sentía que podía hablar con algún chico sintiéndose más espontánea sin pensamientos dramáticos acerca de su propio desempeño. Sin embargo, al cabo de un tiempo resultó ser peor el remedio que la enfermedad. Una noche tomó más de lo acostumbrado y su escena temida se hizo realidad. Comenzó a vomitar en la mitad de una fiesta, y efectivamente todas las miradas estuvieron sobre ella durante unos minutos, lo que para ella fue una eternidad.

Después de ese episodio una amiga le recomendó consultar con un profesional para tratar su problema.

Allí estaba Analía esperando su turno para comenzar, a no sólo entender lo que le pasa sino a resolver su problema mediante un tratamiento.

 

Es importante saber que la palabra timidez es demasiado general para identificar un problema y resolverlo. Esta palabra describe lo que podría ser en principio un rasgo de personalidad, pero que en realidad es una respuesta de temor frente a otras personas, que no les permite sentirse cómodos al relacionarse socialmente. La respuesta real al estrés provocado la interacción es llamada “ansiedad social.”

Sin embargo la palabra timidez tiende a ocultar un cuadro y a inducir una aceptación resignada, en la mayoría de las personas que sufre un Trastorno de Ansiedad Social que nunca llega a ser diagnosticado ni tratado.

 

Analía pudo ser ayudada mediante un tratamiento en el que pudo alcanzar una mejoría significativa y modificar notoriamente su comportamiento social.

 

El Centro Idea propone una modalidad terapéutica llamada Cognitiva-Conductual.  Es una método terapéutico que intenta detectar cuales son los pensamientos distorsionados que hacen que el trastorno permanezca y luego se propone cambiarlos por otros mas positivos y realistas. Un ejemplo de este tipo de pensamientos es: si me equivoco no me van a aceptar, si los demás me desaprueban va a ser terrible para mí, etc.

Además de corregir las creencias distorsionadas también se trabaja en exponer gradualmente al paciente a las situaciones sociales que le producen miedo. La exposición repetida a las situaciones que producen temor sirve para que el paciente pueda interactuar sin el  temor a pasar vergüenza.

 

Se puede comenzar en sesiones individuales para llegar luego a realizarse en grupos.

El Centro también propone un Taller de Desinhibición Social con Técnicas Actorales coordinados por una psicóloga y una actriz en los que se realizan ejercicios para trabajar la confianza, el estar en el presente, el desarrollo de la empatía para recuperar la espontaneidad, encarnar distintos personajes que representen distintos aspectos del si mismo, de respiración, relajación y minfulness, entre otros.

 

Este taller se viene llevando a cabo hace ya diez años con muy buenos resultados.

 

Lic. Patricia Gubbay

Directora Centro Idea

 

info@centroidea.com.ar

 

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