Dedicado a todas las personas que viven fuera de su lugar de nacimiento, biológico…
Cuantas veces repetimos que soy de….pero viví tantos años en….y ahora vivo acá desde…. y todas estas frases que describen todas las veces que cambiamos nuestro lugar de residencia, al mismo tiempo que aparece una sensación de vacío al referirnos a ésta realidad.
Una vez leí que lo único verdaderamente constante es el cambio. Y si bien hemos nacido en determinado lugar, somos un cúmulo de experiencias vivas que transforman nuestro día a día, dejando huella en nuestros vínculos y trabajos.
Soltar la idea se ser de tal o cual lugar ayuda a sentar raíces, afianzar las relaciones “aquí y ahora” y sobretodo a no postergar nuestras metas por no saber el tiempo en que permaneceremos en determinado lugar.
Es importante darnos cuenta que tal vez es el miedo a pertenecer o a no pertenecer, a perder un sistema de creencias, a crecer y a disfrutar del presente la emoción que nos impide seguir adelante sin importar cual sea nuestro lugar de residencia.
Sin embargo cuando nos damos cuenta que el suelo de nuestra casa es la planta de nuestros pies nos podemos sentir libres de decir “ AQUÍ encontré MI lugar.”